domingo, 3 de julio de 2016

Tú no eres como otras madres





¿Qué hace de la novela “Tú no eres una madre como las otras” de Angelika Schrobsdorff una lectura compulsiva y arrebatadora?
En primer lugar, el título llama la atención, y nos indica el nudo gordiano de la novela: el retrato de una mujer que desarrolló un criterio propio rechazando lo que se esperaba de ella, y desde la mirada de su propia hija. Judía de nacimiento, y pequeñoburguesa en el Berlín de los años veinte, Else se enamora de un artista cristiano, y decide huir con él, escapando al matrimonio convencional al que le reservaban sus padres. Poco a poco, Else no quedará atrás respecto a los hombres que la rodean ni en disponibilidad al amor ni en afición a las artes. El proceso irá in crescendo y se nos describe un marco de unos felices veinte colmados de amores, de fiestas, de teatro, lecturas… una vida tumultuosa y apasionada por los cuatro poros, que no excluye la multiplicidad de maridos ni de hijos. Berlín aparece en todo su esplendor como centro irradiador de vitalidad, al igual que Else, que cautiva al lector, que desea apegarse a su presencia, bajo esos dos soles oscuros, como son descritos sus ojos.
Pero tras este velo de felicidad mundana se esconde la amenaza del gran Holocausto que está a punto de cernirse. Y lo vivimos con ironía trágica, puesto que los protagonistas continúan ajenos a todo, sin querer asumir lo inevitable; pero los lectores sabemos, y también la hija que relata. Así, si antes nos hemos recreado en la frivolidad y la energía, ahora leemos con sobrecogimiento. El ambiente se va enrareciendo desde el alzamiento de Hitler, y la instauración de nuevas banderas e himnos corren paralelos al miedo que empieza a recorrer los pasillos y al incremento de leyes antisemitas que cada vez alcanzan más de cerca a Else y su familia. Luego hallaremos un relato estremecedor del exilio al tiempo que seguimos con el corazón en un puño la historia de la segunda guerra mundial. La miseria, las calamidades, el sufrimiento, van de la mano de un profundo proceso de autoconocimiento por parte de Else, que se hace consciente de sus errores de juventud y de la fuerza  del amor por sus hijos.
Y el tercer componente sumamente atractivo que atraviesa la novela es la voz narrativa testigo-protagonista de la hija, del todo convincente, auténtica, y que combina el lirismo con la objetividad. Desde su nacimiento, a caballo entre varios trenes y varios amores, observamos en ella primero los temores y las inseguridades que la asolan, luego cómo se solidifica en ella un amor insobornable por la madre, y más tarde un descubrimiento del mundo agridulce, entre la incredulidad frente a la desgracia, la rabia y la nostalgia de la niñez, y todo ello trenzado con el pavor a dejarse llevar por los estados sombríos de la madre madura. La autora además es testigo doble, porque ha convivido con la madre y también ha recogido numerosa documentación en forma de cartas y diarios con que va tejiendo toda su complejidad. Y con esa información adereza el relato de una cuasi omnisciencia terrible, puesto que nos va sembrando los instantes de felicidad con la oscuridad de lo que sucede después, incluso con brutales prolepsis homodiegéticas donde las palabras futuras de la madre reverberan sobre los momentos de dicha. Ello es entreverado de otros elementos donde objetivamente se nos recuerdan los hechos con una frialdad escalofriante, como las fechas de promulgación de leyes antisemitas o de avances del ejército nazi.
“Tú no eres como otras madres”, en definitiva, se lee con pasión novelesca por los personajes, en su más honda humanidad, y también con el afán de saber que produce la historia reciente europea, en sus rasgos generales y también en sutiles particularidades. Cuando la lectura acaba, no podemos evitar preguntarnos más, desear saber más. Y sentimos que hemos avanzado kilómetros en el conocimiento de la historia y del alma humana, a partir de la intrahistoria concreta, como sucede en toda la buena literatura.

Esta reseña se publicó en el Heraldo el pasado 19 de mayo de 2016

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